jueves, 25 de abril de 2013

El mono desnudo y su mano derecha.

A raíz de mi trabajo fin de carrera estoy leyendo de todo sobre el origen del lenguaje y todas las hipótesis que se manejan. Isaac Asimov que hasta ahora, para mi, fue un escritor de ciencia ficción, también hablaba de teorías sobre la evolución del ser humano. Y como este hombre con sus libros siempre me ha atrapado, lo ha hecho una vez mas en un texto que he leído recientemente.

Sabemos que nuestros parientes eran diestros y ¿cómo lo sabemos? entre otras cosas por las marcas de raspado en huesos de animales y por las marcas en los propios dientes de los fósiles de Neandertales, Heidelbergensis, Erectus [etecé]. Marcas que tiene una dirección que solo podría haberse hecho utilizando la mano derecha. Pero como los científicos son (o somos) muy curiosos, aún nos preguntamos por qué somos diestros (en mayoría) y no zurdos. ¿Qué fuerza selectiva hizo que la predominancia estuviera en el lado derecho? A mi me gustan muchos los cuentos y las hipótesis no dejan de ser eso, cuentos con ciertas bases de realidad que nos ayudan a reconstruir el pasado. Por eso Isaac Asimov teje una historia para explicar por qué fuimos diestros. 

Se plantea que en su origen los Australopitecinos, que como se puede deducir de su nombre, se encontraban en el área mas austral de África. Lucy la Australopitecus afarensis es un ejemplo y eran de naturaleza carroñera. El que andaran erguidos les daba cierta ventaja para poder seguir de lejos a las manadas de ñus y cebras (y demás bichejos que había por esos lares). A lo lejos, porque eran tirando a bajitos y una coz o una estampida pasándoles por encima no los dejaría bien parados.También los protegería de los depredadores de los propios ñus, porque ya se sabe "a falta de ñus, buenos son monitos bípedos". Además andando a dos piernas las manos quedaban libres para otros menesteres.
Los Australopitecus ya eran bastante pelones aunque el paradigma de "poco pelo" en la actualidad no se asemeje al de vello de estos antepasados.

Lucy en el Museo de Evolución Humana

Dado que no tenían pelo las crías no podían agarrarse a la espalda o el vientre de sus madres y tenían que ser sujetados con los brazos. Cosica un poco incomoda para mama Australopitecus que entre mirar ñus, leones y sujetar al nene estaba frita. Y como nuestros primos lejanos tontos no eran quizá aprendieron que colocar al niño en el lado izquierdo cerca del corazón al que se habían acostumbrado dentro del útero los calmaba y evitaba que lloraran. De esta manera el único brazo que quedaba libre para otros menesteres era el derecho. Podría ser que en un principio los seres humanos fuéramos diestros gracias a una serie de generaciones de niños llorones y mamas abnegadas e inteligentes.

A partir de esta idea podemos seguir avanzando y pensar en el desarrollo del cerebro. El nacimiento prematuro ha permitido que naciéramos con un cerebro mas grande para poder salir por el canal del parto. Esto también implico que perdiéramos instintos y capacidades (como la de agarrarse al pelo de la madre). Aunque aún mantenemos reminiscencias de estos instintos al nacimiento, la verdad es que si no tenían pelo y nos llevaban en brazos tampoco habíamos tenido una gran perdida. Incluso si sumamos que una mayor capacidad craneal nos hizo mas inteligentes y nos permitió experimentar y evolucionar como especie hicimos un negocio redondo.

Os recomiendo encarecidamente que leáis a Isaac Asimov si no lo habéis hecho ya. 

¿Estáis de acuerdo con esta idea? ¿Que otras teorías conocéis?

Hasta la próxima de La Pequeña Heidelbergensis.